mercredi 3 août 2011

¡Que sed!



En estos meses de verano, estamos aprovechando el rastrojo de los campos de avena para nutrir las vacas de vientre. Necesitamos todos los días a un vaquero para sacarlas y recogerlas, con su vigilancia adecuada, ya que son cerrados perteneciendo a la finca pero no vallados.

Cuando hayan pastado unas 5/6 horas de comida fibrosa, les pican mucho la garganta! Así que en cuanto el vaquero les abre la cancela para volver a su cerca en la dehesa, se tiran literalmente de cabeza al agua de la laguna.

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